Televisión

Asi la Zanetti arruino para siempre a Carlos Alvarez

Este sábado 20 de julio, la exvedette y actriz Mariella Zanetti se sentó frente al temido polígrafo de El Valor de la Verdad y lanzó una bomba que ya ha comenzado a estremecer los cimientos de la política nacional: Carlos Álvarez, el conocido comediante con aspiraciones presidenciales, fue señalado como el responsable directo de su despido de Canal A, todo por negarse a asistir a una fiesta organizada por el entonces presidente electo, Alejandro Toledo.

Con la mirada firme y la voz entrecortada por los recuerdos, Zanetti destapó una historia que hasta hoy había permanecido en las sombras, evidenciando un entramado turbio entre el espectáculo, la política y los intereses personales. Según sus palabras, luego del triunfo electoral de Toledo, Carlos Álvarez irrumpió en las instalaciones del canal junto a su socio Raúl Dávila con la aparente intención de consolidar su influencia.

Una fiesta, una negativa y la venganza

El punto de quiebre ocurrió cuando Zanetti y su compañera de conducción, Tula Rodríguez, fueron invitadas por Dávila a una misteriosa “reunión”. En realidad, se trataba de una fiesta privada en honor al nuevo presidente. Ambas se negaron rotundamente a asistir. “No era nuestro lugar, no queríamos involucrarnos en temas políticos”, relató Mariella. Apagaron sus celulares y se mantuvieron al margen.

La represalia fue brutal. «Ahí es cuando nos dejan de pagar. Saca tus conclusiones», denunció Zanetti, dejando entrever una clara represalia por su negativa. Poco después, ambas fueron echadas sin previo aviso del canal. Un episodio que, según la actriz, selló una herida que jamás se cerró.

Una sonrisa burlona y el adiós sin justicia

La escena que marcó su indignación quedó grabada en su mente para siempre: al ir a exigir los pagos que les debían, se cruzó con Raúl Dávila, quien salió de las oficinas del canal con una sonrisa “cachosa, burlona”, describió. Minutos más tarde, la sentencia fue clara: estaban fuera.

“No estábamos dispuestas a cruzar esa línea. Yo trabajaba para mantener a mi familia, no para regalar mi dignidad”, exclamó entre lágrimas, dejando claro que nunca estuvo dispuesta a participar de una maquinaria que mezclaba favores con poder político.

Carlos Álvarez: ¿lobo con piel de cordero?

Pero el momento más lapidario llegó cuando fue consultada sobre la actual intención política de Carlos Álvarez. La respuesta fue tajante y devastadora: “Hay que tener muchísimo cuidado con quién elegimos como gobernante. Hay muchos lobos disfrazados de ovejas”.

Con esa frase, Zanetti no solo puso en duda la integridad del popular cómico, sino que arrojó una sombra gigantesca sobre su imagen pública. ¿Es realmente Carlos Álvarez un ciudadano comprometido con el país o solo otro rostro de la hipocresía política?

Al preguntarle si aceptaría unirse a su eventual plancha presidencial, la respuesta fue contundente: “Jamás. Lo que viví con él fue suficiente. Esa etapa está cerrada para siempre”.

Candidatura en caída libre

Las declaraciones de Mariella han encendido las redes y los medios, generando una avalancha de reacciones. Para muchos, la imagen de Carlos Álvarez como un “humorista del pueblo” se ha desmoronado en cuestión de minutos, aplastada por el peso de un pasado que se creía enterrado.

La política nacional ha sido sacudida por esta gravísima denuncia. Si lo que dice Zanetti es verdad —y el polígrafo así lo confirmó—, estaríamos frente a un caso de manipulación, presión política y censura en pleno corazón del espectáculo. Un escándalo que, sin duda, puede significar el fin de una carrera política antes siquiera de comenzar.

Carlos Álvarez, el humorista que hizo reír a un país entero, hoy se enfrenta a la risa más amarga: la de un pueblo que comienza a abrir los ojos

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