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Lo que confeso patricio sobre su Pedrito S.V ningun peruano se lo esperaba

En una de las emisiones más impactantes y estremecedoras de El Valor de la Verdad, el cantante Patricio Suárez Vértiz dejó a todo el Perú sin aliento al revelar lo que jamás nadie imaginó: la muerte de su hermano Pedro Suárez Vértiz, ídolo nacional del rock, fue para él… un alivio.

El programa, emitido la noche del domingo 4 de mayo, ya prometía emociones fuertes, pero lo que nadie anticipó fue la crudeza y humanidad de la pregunta 17 lanzada por Beto Ortiz, el infaltable anfitrión del sillón rojo:
“¿Fue un alivio que Pedro muriera?”.

Patricio, sereno y con una convicción que dejó a todos atónitos, no vaciló:
“Sí, fue un alivio”, respondió. Y el polígrafo, con su luz implacable, confirmó: ¡decía la verdad!

A partir de allí, el testimonio del cantante se transformó en una catarsis nacional, una revelación que rompió tabúes y mostró el lado más humano del dolor. Patricio explicó con entereza lo que miles de familias que han enfrentado el deterioro lento y doloroso de una enfermedad terminal no se atreven a decir: ver partir a un ser amado puede, a veces, traer paz.

Pedro Suárez Vértiz —una de las voces más potentes, carismáticas y creativas de la música peruana— sufrió más de una década atrapado en un cuerpo que ya no podía seguirle el ritmo a su alma vibrante. “Yo creo que fueron 12 años… o tal vez 14. Pero él no quería contarlo”, dijo su hermano, visiblemente emocionado.

La confesión más dura llegó al describir el momento en que lo vio sin vida:
“Cuando entré al cuarto y lo vi en su descanso, su mirada era otra. La faz de su piel… todo era un descanso. Me acerqué y le dije: ‘Al fin dejaste este cuerpo, carajo’”, relató con voz firme. Esa frase, tan cruda como liberadora, encapsuló el sentimiento de años de lucha silenciosa.

Pero Patricio no se quedó ahí. También habló del destino inevitable que todos compartimos.
“Nosotros también estaremos atrapados en el cuerpo. Solo que él se adelantó”, expresó con resignación y una claridad espiritual que conmovió a los presentes.

Incluso al referirse a su madre, quien también falleció meses después, Patricio volvió a lanzar una bomba emocional:
“Vi el cuerpo de mi madre, como el de Pedro, y sentí alivio. La gente lloraba, pero yo decía por dentro: ‘Ya estás libre’”.

A pesar de todo, el dolor permanece, eterno, irremediable. “No te recuperas jamás. No aprendes a vivir con eso. Solo sigues… con el corazón roto”, dijo al borde de las lágrimas. Y cuando le preguntaron si aún amaba a Pedro, su respuesta fue simple, fulminante y verdadera:
“Siempre”.

Este episodio no solo estremeció a los televidentes, sino que abrió una puerta al debate sobre la dignidad, el sufrimiento y la espiritualidad frente a la muerte. Patricio Suárez Vértiz no solo honró la memoria de su hermano, sino que hizo algo aún más grande: rompió el silencio sobre un dolor que muchos viven en soledad.

 

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