Mira como terminaron los actores mediocres de siempre
Una vez más, los mismos rostros de siempre, los de la farándula caviar, salieron a hacer su show callejero frente al Congreso de la República. Bajo frases grandilocuentes como “Sin cultura no hay país” y “El arte también es trabajo”, los actores Mónica Sánchez, Tatiana Astengo, Lucho Cáceres, Pietro Sibille, Sergio Galliani y Gisela Ponce de León encabezaron una protesta que, lejos de sumar apoyo, terminó en un estrepitoso fracaso que solo dejó en evidencia su desesperación por no perder los privilegios que durante años han mamado del Estado.
El motivo de su protesta fue la reforma a la Ley del Artista y, más específicamente, a la nueva Ley de Cine impulsada por la congresista Adriana Tudela. Esta propuesta pone fin al festín económico que durante décadas permitió que estos seudoartistas vivan del dinero del pueblo sin generar contenido de calidad, sin audiencia real y, sobre todo, sin rendir cuentas.
¿De verdad defienden la cultura o solo defienden su bolsillo?
La respuesta la tiene el pueblo peruano, que ya no se deja engañar. A diferencia de otros años, donde lograban movilizar a una masa juvenil ingenua (como en las marchas contra Merino en 2019 o la farsa de la revocatoria de Villarán en 2014), esta vez no convocaron ni a cuatro gatos. La marcha fue un triste desfile de pancartas vacías, arengas forzadas y caras conocidas que ya no inspiran respeto, sino rechazo.
Mónica Sánchez y Tatiana Astengo, dos de las principales voces de esta protesta, se han convertido en las voceras del progresismo farandulero. Con discursos rebuscados y dramáticos, intentan disfrazar su lucha como una defensa de los derechos laborales del gremio artístico. Pero la verdad salta a la vista: su verdadero interés es conservar las regalías que les han caído del cielo gracias a leyes hechas a medida por gobiernos complacientes.
Las producciones que nadie ve… pero todos pagan
Muchos de estos actores han participado en producciones televisivas, teatrales o cinematográficas que no tuvieron audiencia, ni impacto, ni relevancia. Pero eso sí, estaban financiadas con el dinero de todos los peruanos. Mientras miles de emprendedores, trabajadores informales y jóvenes luchan por salir adelante, estos actores “activistas” han vivido cómodamente de fondos públicos. ¡Eso se acabó!
La nueva legislación busca precisamente ordenar y transparentar el uso de los recursos del Estado. No se trata de eliminar el apoyo a la cultura, sino de erradicar la cultura del parasitismo. Aquellos que de verdad producen, que de verdad trabajan y que generan arte valioso, seguirán siendo respaldados. Los que solo saben marchar, tuitear y victimizarse… que busquen un trabajo honesto.
El Perú despertó, y los caviares del arte lo saben
La ciudadanía está más despierta que nunca. El cuento del “arte como resistencia” ya no cala. Hoy el pueblo exige resultados, eficiencia y transparencia. Y eso incluye también al sector artístico. No es posible que se sigan entregando subsidios millonarios a producciones que nadie ve, mientras hospitales colapsan, colegios públicos se caen a pedazos y miles de niños no tienen acceso a lo básico.
— sin mermeladas (@sinMermeladaspe) June 3, 2025
Estos actores fracasaron rotundamente en su intento de manipular al pueblo. No lograron convocar, no lograron emocionar, y sobre todo, no lograron convencer. Su lucha ya no representa a nadie más que a su círculo ideológico, ese que se resiste a soltar la teta del Estado.
El mensaje es claro: ¡El Perú ya no tolera más figurones mantenidos!



