Televisión

Reaparecio Butters en un papelon nunca antes visto en TV

Cusco, la ciudad imperial, fue escenario de un verdadero terremoto mediático. Lo que debía ser una tranquila entrevista más dentro de la gira de medios del polémico comunicador Phillip Butters terminó convirtiéndose en un exabrupto que ya recorre las redes sociales y los noticieros de todo el país. Nadie —absolutamente nadie— se imaginó lo que ocurriría en el set del canal Inka, donde el periodista Elio, de marcada tendencia izquierdista, protagonizó uno de los enfrentamientos más tensos del año con el también aspirante presidencial.

Todo comenzó con la visita de Butters al Cusco, una ciudad donde ha buscado acercarse al público, dar la cara y fortalecer su imagen como un outsider sin miedo al sistema. En medio de su apretada agenda, aceptó la invitación de dicho canal local para una entrevista que, a priori, debía girar en torno a sus propuestas y su visión del país. Pero la conversación tomó un rumbo completamente inesperado.

Desde los primeros minutos, el tono del periodista fue notoriamente agresivo. Según testigos, interrumpía cada respuesta de Butters con cuestionamientos cargados de ideología, intentando arrinconarlo con frases y argumentos propios de la izquierda más radical. El comunicador, visiblemente incómodo, trató de mantener la calma, pero la insistencia del entrevistador fue tal que, tras varios minutos de tensión creciente, decidió levantarse y abandonar el set ante la sorpresa de todos los presentes.

El ambiente se tornó caótico. Las cámaras siguieron grabando mientras el conductor intentaba justificar su actitud, pero el público no tardó en reaccionar. En redes sociales, el video del momento se volvió viral en cuestión de horas: miles de comentarios divididos entre quienes respaldan a Butters por “no dejarse provocar” y quienes lo acusan de “no saber debatir con argumentos”.

Un Butters desafiante y sin miedo

Lejos de esconderse, Phillip Butters continúa su recorrido por la ciudad imperial con el mismo estilo desafiante que lo caracteriza. “No tengo miedo de dar la cara donde sea”, declaró más tarde en otro medio local, acusando al periodista cusqueño de haber montado una “emboscada ideológica” para desacreditarlo.

El comunicador limeño, conocido por su discurso frontal y sin filtros, ha intensificado sus apariciones mediáticas en las últimas semanas. Su meta: posicionarse como una alternativa real para las elecciones presidenciales de 2026. En cada presentación, insiste en que no pertenece a la élite política tradicional y que su experiencia como hombre de medios lo conecta con la gente común, la que “ya está harta de los mismos de siempre”.

Butters se muestra firme frente a temas polémicos. En su reciente conversación con Rosa María Palacios, criticó duramente la reforma al sistema de pensiones, calificándola de “un intento político para manipular los ahorros del pueblo”. Y cuando se le cuestionó por su falta de título universitario, respondió con contundencia: “Eso me hace más real, más parecido a la mayoría de los peruanos que trabajan y se esfuerzan cada día sin títulos ni padrinos”.

Un estilo que divide al país

El incidente en Cusco no hace más que reafirmar la naturaleza polarizadora del personaje. Sus detractores lo acusan de populista y provocador; sus seguidores lo ven como un símbolo de rebeldía frente a un sistema político corrupto y envejecido. Pero si algo queda claro tras el altercado con el periodista Elio, es que Phillip Butters no teme enfrentarse a quienes lo atacan.

Su afiliación al partido Avanza País ha fortalecido su proyección como posible candidato de la derecha liberal. Sin embargo, todavía existen dudas sobre si logrará consolidar una estructura partidaria sólida capaz de competir a nivel nacional. Lo que sí está fuera de duda es que Butters sabe cómo atraer la atención mediática: cada aparición suya deja titulares, controversias y reacciones encendidas.

El Cusco fue testigo de un nuevo episodio en la carrera del polémico comunicador, un capítulo que muchos ya califican como “el inicio de su verdadera campaña”. Entre aplausos, críticas y cámaras, Phillip Butters sigue avanzando, sin miedo, decidido a desafiar el statu quo y a enfrentarse —como él mismo dice— a los “ideólogos disfrazados de periodistas”.

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