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Asi Fleischman tuve que decir lo que se merece a Yonhny Lescano

El excongresista Yonhy Lescano vuelve a ser tendencia, pero no precisamente por su trabajo político, sino por el bochornoso espectáculo que protagonizó en plena vía pública, donde se le vio con una bocina en mano tratando —sin éxito— de captar la atención de los transeúntes. Las imágenes se viralizaron rápidamente en redes sociales y dejaron a muchos peruanos con una sola impresión: Lescano ha tocado fondo.

Al mejor estilo de un orador callejero sin rumbo, el exparlamentario se paseó por las calles “haciendo política”, como él mismo lo define, pero su escena recordaba más a la de un orate desesperado que a la de un líder con aspiraciones serias. “¡Voten por mí! ¡Por la justicia, por el pueblo!”, gritaba Lescano con una bocina, mientras los peatones pasaban a su lado sin prestarle atención. Una escena patética que, lejos de generar simpatía, provocó burla, indignación y pena ajena.

El primero en reaccionar fue el veterano político José Barba Caballero, quien lanzó un comentario lapidario:

“Lescano cambió de zona con el mismo resultado: nadie lo mira, nadie lo escucha… es invisible. Pobre, lo conozco hace mucho y la verdad es que este triste final me conmueve.”

Sus palabras, cargadas de ironía y compasión, encendieron la mecha. Lescano, fiel a su estilo confrontacional, no tardó en responder con insultos y un ataque directo al excongresista:

“Oye sobón de la DBA, el triste final es el tuyo. Pasaste de ser un aprista fracasado a un lustrabotas del fujimorismo. A mí nadie me insulta ni me agrede, pero a tus patrones los botarían. Seguiré saliendo a las calles para enseñarles cómo se hace política, sinvergüenza.”

El intercambio ya era tenso, pero el verdadero golpe mediático llegó cuando Eddie Fleischman, reconocido periodista deportivo y comunicador de opinión, decidió entrar en la conversación y poner a Lescano en su sitio. Con una frase contundente que se volvió viral, Fleischman sentenció:

“Lescano. Otro incapaz, intrascendente, bueno para nada y sanguijuela del Estado.”

Sus palabras resonaron como un mazazo en el ambiente político y mediático. Miles de usuarios respaldaron la crítica del periodista, calificando a Lescano de “oportunista” y “político acabado”. Sin embargo, el exlegislador volvió a perder los papeles, lanzando un nuevo ataque cargado de rabia y resentimiento:

“Oye periodista de quinta categoría, sirviente de la DBA. Tus jefes corruptos no pueden asomar las narices a la calle, solo van a tu canal chauchilla. Soy un político que puede caminar sin problemas. Así que, sanguijuela, sigue vociferando, yo hago política a pie junto a la gente.”

La respuesta, lejos de reivindicarlo, hundió aún más su imagen pública. En redes sociales lo tildaron de “desesperado”, “ridículo” y “carente de dignidad”. Muchos usuarios señalaron que Lescano parece haber perdido completamente la noción del papel que desempeña un político serio, y que su “política de bocina” no es más que un intento torpe por recuperar protagonismo.

“Ya no le queda nada de dignidad”, “qué pena ver a un excongresista comportándose así”, “parece un predicador sin rumbo”, fueron algunos de los comentarios más repetidos en las plataformas digitales.

Analistas y comunicadores coincidieron en que la reacción de Fleischman fue dura pero precisa: Lescano representa a ese grupo de políticos que no aceptan su retiro y terminan convirtiéndose en caricaturas de sí mismos. Su actitud errática, sus insultos y su desesperación por llamar la atención lo han dejado expuesto como un hombre aferrado a un pasado que ya no existe.

En conclusión, el episodio no solo deja al descubierto la fragilidad emocional y política de Yonhy Lescano, sino también el profundo desgaste de una figura que alguna vez prometió renovación y terminó convertida en un símbolo del patetismo político.
Eddie Fleischman no necesitó más que una frase para decir lo que miles de peruanos piensan: Lescano ya no tiene nada que ofrecer, salvo el triste espectáculo de su propia decadencia.

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