Laura Bozzo al fin lo confeso todo
Después de años de especulaciones, medias verdades y un pasado plagado de controversias, Laura Bozzo ha decidido, por fin, contarlo TODO. La conductora peruano-mexicana, conocida por su emblemática frase “¡Que pase el desgraciado!”, ha reaparecido en las redes sociales para hacer una revelación explosiva que sacude los cimientos de la historia política y mediática del Perú.
En una inesperada y candente participación en el programa “¡Qué tal he!”, Laura soltó lo que muchos venían sospechando desde hace más de dos décadas, pero nadie se atrevía a confirmar: su prisión en el año 2002 no fue por corrupción, ni por vínculos con Montesinos… sino por tocar una herida abierta del poder político en plena campaña presidencial.
Según narró con voz firme y entre lágrimas, todo comenzó cuando decidió presentar en su programa “Laura en América” el caso de Lucrecia Orozco, una mujer que afirmaba ser madre de una hija no reconocida por Alejandro Toledo, por entonces candidato presidencial. “Metí a Lucrecia al estudio a escondidas. Nadie sabía lo que iba a pasar… y cuando la presenté en vivo, el canal colapsó. Los teléfonos reventaban, los ejecutivos me gritaban por el auricular. Pero ya era tarde”, recordó Bozzo.
¡El escándalo fue inmediato! La bomba mediática estalló y, según ella, desató una tormenta política que la dejó en la mira de quienes mueven los hilos del poder en las sombras. Lo que siguió fue un infierno judicial y mediático que la terminó llevando a prisión.
El 17 de julio de 2002, fue intervenida en el aeropuerto Jorge Chávez cuando intentaba volar a Miami. Lo que no sabía era que ya pesaba sobre ella una orden de captura. La Fiscalía la acusaba de peculado y asociación ilícita, y desde ese momento su vida se convirtió en un huracán de juicios, titulares escandalosos y una persecución que –según ella– fue política, no judicial.
A causa de este incidente, Estados Unidos le retiró la visa y, hasta el día de hoy, sigue vetada de ingresar a ese país. Pese a sus constantes intentos de recuperar el documento, la negativa ha sido contundente. “Me arrebataron mi libertad, mi carrera y mi dignidad. Fui crucificada por contar una verdad que otros querían enterrar”, dijo Bozzo entre sollozos.
Incluso, ha amenazado en varias ocasiones con denunciar al Estado peruano ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, pero esa batalla aún está pendiente. Para ella, su encarcelamiento fue una represalia directa por atreverse a desafiar al poder político desde un programa de televisión popular.
Aunque fue absuelta en 2006 del cargo de asociación ilícita, el juicio por peculado la marcó para siempre. Todo por aceptar un regalo de Montesinos: una placa de oro, que según ella, fue un obsequio sin segundas intenciones. “Yo estuve obsesionada con Montesinos, lo admito, pero nunca me vendí. Actué con el corazón, no con ambición”, confesó en pleno juicio, dejando a todos boquiabiertos.
Su liberación fue vista con alivio por colegas de la televisión internacional como Ana María Polo y Carmen Jovet, quienes viajaron a Lima para abrazarla en un programa especial transmitido por Telemundo. Pero en el Perú, las aguas nunca se calmaron.
— sin mermeladas (@sinMermeladaspe) June 23, 2025
Ahora, con esta nueva revelación, Laura Bozzo no solo revive una de las etapas más oscuras de su vida, sino que revela el lado oculto del poder y la venganza política. Y mientras muchos callaron por miedo, ella alzó la voz… y volvió a prender fuego en la historia reciente del Perú.