Televisión

Moran se merece la carcel tras lo que le hizo a una pobre niña

La televisión peruana vuelve a estar bajo fuego, y esta vez el detonante no es un chisme cualquiera, sino la indignante historia de Grecia, una joven artista que viajó con la ilusión vibrando en el pecho para cumplir su sueño: audicionar en el casting de “Yo Soy” interpretando a su ídola, la explosiva cantante japonesa Ado. Lo que jamás imaginó es que su sueño sería truncado antes siquiera de cantar una nota, por una decisión que muchos cibernautas no han dudado en calificar como fría, arbitraria y humillante.

En el centro de la tormenta mediática se encuentra nada menos que Ricardo Morán, productor histórico del programa, figura emblemática… y ahora, según miles de internautas, protagonista de lo que llaman una “infamia televisiva”.

La historia comenzó cuando Grecia llegó al casting el 5 de noviembre, emocionada, lista y confiada en que su sorprendente imitación de Ado abriría una nueva ventana de diversidad musical en el popular espacio. Esperó horas bajo el sol trujillano, hizo fila, llenó su ficha, recibió su número… todo parecía avanzar según lo soñado. Hasta que llegó el inesperado portazo.

Según su relato, los encargados de la producción revisaron su formulario, vieron el nombre “Ado” y soltaron la frase que encendió la indignación nacional:

Lo siento, no podemos aceptar tu casting porque tu artista no es comercial”.

La joven quedó en shock. No podía creer que después de horas de espera, después de haber viajado con ilusión, después de preparar una imitación compleja —la voz desgarrada, potente y casi rebelde de Ado— se le negara el derecho más básico: cantar.

Grecia, visiblemente afectada, denunció en TikTok lo ocurrido, y su testimonio se viralizó en cuestión de minutos. Su frustración quedó plasmada en palabras que resonaron con miles de jóvenes artistas que se sienten ignorados por la industria:

Me da cólera sinceramente porque puede haber más personas como yo que vayamos a buscar artistas que consideramos buenos”.

Pero lo que realmente encendió la olla hirviente de las redes fue su queja más dolorosa y contundente:

Habría aceptado un NO del jurado, pero al menos déjenme cantar. Ni una nota me permitieron”.

Y ahí es donde el público, enardecido, puso la lupa sobre Ricardo Morán. Aunque él no estuvo físicamente en el casting, su nombre comenzó a circular como el símbolo del supuesto “filtro injusto” que habría impedido que la niña se presente ante los jueces.

Las redes ardieron. Miles de comentarios apuntaron a lo que calificaron como una actitud “anticuada”, “cerrada” y “elitista”. Usuarios cuestionaron cómo un programa que se vende como una vitrina para todos los talentos puede rechazar a una jovencita solo por elegir a una artista japonesa, cuya fama en plataformas digitales rivaliza —y supera— a muchos artistas occidentales.

Porque la verdad es que Ado no es una desconocida. No, en absoluto. Su explosivo éxito ‘Usseewa’ rompió récords en Japón, dominó el Billboard Japan Hot 100 y superó los 100 millones de vistas en apenas 148 días.

Y mientras el mundo la aplaude… en Perú, según Grecia, no la dejaron sonar.

La indignación aumentó cuando la joven reveló que, al tener asuntos personales pendientes, pidió avanzar unos lugares en la fila —con el permiso de los demás participantes—, pero fue completamente ignorada por la producción. Otro gesto que ella calificó como falta total de empatía.

En redes sociales, la narrativa que ha tomado fuerza es clara: una niña con talento, ilusión y disciplina habría sido desestimada sin ninguna oportunidad real, y el público exige explicaciones.

¿Fue una decisión fría?
¿Un error de producción?
¿O una muestra de que “Yo Soy” ya no está dispuesto a abrirse a nuevos géneros y culturas musicales?

Lo único seguro es que la historia ha golpeado fuerte al programa… y el nombre de Ricardo Morán está en el ojo del huracán como símbolo del supuesto trato injusto hacia una menor que solo quería imitar a su ídola.

Y tú… ¿crees que fue justo?

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