Televisión

Mira porque butters se quebro en television

¡Increíble pero cierto! El siempre polémico, directo e implacable comunicador Phillip Butters, conocido por su estilo frontal, su agudeza periodística y su capacidad de enfrentar a cualquiera sin temblarle la voz, vivió su momento más humano, más frágil y más desgarrador. El entrevistador de los entrevistadores, el que nunca baja la guardia, el que sueña con la presidencia del país, fue puesto en jaque por una sola pregunta. ¿Quién fue capaz de desarmar al temido Butters? Nada menos que la psicoanalista Agatha Lys, en una entrevista que ya ha sido catalogada como una de las más impactantes del año.

Todo marchaba con normalidad en la conversación, hasta que Agatha, con su estilo sereno pero punzante, lanzó la interrogante que lo cambió todo:
«¿Has pensado en un momento que pueda partir tu mamá?»

Butters, que suele tener respuestas filosas incluso antes de que terminen de preguntarle, esta vez solo atinó a decir:
«Sí.»

La entrevistadora, lejos de dejar la tensión en el aire, fue por más:
«¿Te sientes preparado?»

Y ahí, amigos lectores, fue cuando el hielo se derritió. El hombre que ha enfrentado a políticos, mafias mediáticas y hasta líderes religiosos en el micrófono no pudo contener el temblor en su voz:
«No, no, no.»

Ese breve intercambio dejó al descubierto la única grieta emocional de Phillip Butters: su madre. Aquella mujer que ha sido, en sus propias palabras, el faro de su vida, el motor silencioso de sus sueños cumplidos y la voz que siempre ha guiado su camino.

En otro momento del diálogo, Butters confesó algo revelador:
«Uno en la vida tiene sueños, y yo soy de hacer mis sueños.»
Y es que el hombre ha conquistado cada una de sus metas: profesional, económica y mediáticamente. Pero ni todo el éxito del mundo parece prepararlo para lo inevitable: la partida de su madre.

En un testimonio profundamente emotivo, narró uno de los momentos más conmovedores que vivió junto a ella. Phillip la llevó al Vaticano, sabiendo cuán importante era para ella visitar el corazón de su fe. Y al llegar, ella lo miró con lágrimas en los ojos y le dijo:
«Gracias, nunca pensé que iba a estar acá.»
Una frase que, aunque breve, encierra un océano de emociones. El agradecimiento de una madre, la realización de un hijo. ¿Qué más se puede pedir?

Pero no todo fue luz en la conversación. La sinceridad de Butters fue tan brutal como su estilo habitual, al punto de confesar entre lágrimas que, pese a todo lo que ha logrado, siente que la defraudó.
Agatha Lys, sorprendida, le preguntó directamente:
«¿Que le defraudaste?»
Y él, sin titubear, bajó la cabeza y admitió:
«Absolutamente. Teniendo la capacidad, teniendo la inteligencia.»

¿Qué habrá detrás de esa confesión? ¿Será el peso de una decisión pasada, un camino no tomado, una expectativa no cumplida? Solo él lo sabe. Lo cierto es que, por primera vez, Phillip Butters mostró que el comunicador de acero también tiene un corazón que late, sufre y se rompe como el de cualquiera.

Este episodio no solo marca un antes y un después en su imagen pública, sino que también deja claro que, incluso los más fuertes, tienen un talón de Aquiles. Y en el caso de Phillip, ese punto vulnerable tiene nombre, rostro y una historia de amor incondicional: su madre.

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